Y sigue el tiempo consumiendo
la vida de esos seres
que se creen humanos,
absorbiéndole las entrañas,
las venas se van secando....
Y el ser va sediento,
sediento.
Va perdiéndolo todo,
el mirar,
el hablar,
el oir.
Se arrastra sobre la tierra,
araña las piedras,
Clama!...
Ya es muy tarde;
se consumió en su carne,
en su indiferencia al despertar,
en regalarle su savia
al despiadado tiempo.
Acurrucádose
en frazadas de conformismo,
Murió.
Murió su lengua,
Murió su mano,
Murió su alma.
1992.
Photo: Bjarne Hansen
Bonito Blog,
ReplyDeleteSaludos desde Leon,
Jean-Michel.
gracias por compartir tu arte very refreshing! sinceramente. angelica garcia.
ReplyDeleteBella tu poesia!
ReplyDeleteBellos los poemas hijita. Felicidades
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