Friday, February 20, 2009

PROMESA

Photo: Mecker Möller
Padre,
esparciré tus cenizas
en esta montaña ceremoniosa de árboles
que en días lejanos abrigaron a tus acentros;
para que vivas
entre las hojas de los helechos
y jueges con la neblina de la tardes.

Que tus cenizas viajen serenas
en el lomo de los caballos
en las noches repletas de estrellas.

Que bajen por la vertiente
fría y clara de los manantiales,

y suban por las raicez de los maizales en flor.

Que besen a los cafetos en sus rojos labios
enamorándolos con el canto de la madrugada.

Y desde sus hojas,

vuelen con la brisa
a nadar en las aguas de la laguna,
donde sacian su sed los pájaros viajeros.

Y que escondidas entre sus alas

vuelen hasta la cumbre del macizo
a escuchar el canto miskito
del viento del este,
o vean la fumarola
de los longevos volcanes

en el poniente.

Que se labren entre el lodo de los caminos,
incrustrándose en las pisadas de los campesinos,
para ir a recorrer senderos
donde se tejen amores escondidos.

Que tus cenizas dancen en el aire
con el polen del Dandeleon,
y crezcan en la laderas de los cerros
con cada invierno.

Porque después de este largo exilio,

Padre mío,
...has vuelto!
para ser otra vez parte
de esta tierra amada
donde nacistes.

March 2007

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